La nutrición evolutiva es una forma de comer que busca acercarnos a los alimentos que consumían nuestros antepasados, antes de que existieran los productos ultraprocesados que vemos hoy en día. La idea es optar por alimentos más naturales y frescos, como frutas, verduras, carne, pescado, frutos secos y semillas, en lugar de aquellos llenos de azúcar, grasas poco saludables o ingredientes artificiales.

Este tipo de alimentación no se trata de imitar exactamente las dietas antiguas, sino de entender que nuestro cuerpo está mejor adaptado para procesar alimentos naturales y no tantos químicos o ultraprocesados. Comer de forma evolutiva ayuda a evitar problemas de salud, tener más energía y mejorar el rendimiento en actividades diarias y deportivas. En pocas palabras, se trata de darle al cuerpo el tipo de combustible que necesita para funcionar de la mejor manera y mantenerte fuerte, sano y lleno de vitalidad.